viernes, 10 de octubre de 2014

ASEV DESPIDE EL CURSO SOBRE LAS OLAS - 1ª parte

                 

¿CLOCHINA O MEJILLÓN?

¡Que pena! La palabra clochina no aparece en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, de mejillón dice molusco lamelibranquio marino y algo más que ya diré.

Si curioseas un poco “en la Web”, a lo que yo llamo escarbar, es interesante el debate que si clochina o mejillón, que si es o no es. Yo entiendo que son parientes próximos, de la misma familia (Mytilidae),  ella: Mytilus galloprovincialis, él: Mytilus edulis, ambos igual de comestibles, aunque cambie el epiteto.

Los lamelibranquios pueblan mares, ríos y lagos.
Son de la clase bivalvos y leer cosas de “estos bichos” es de lo más entretenido, es una organización diferente, primero es el cuerpo y un tegumento desarrolla la concha bivalva, un músculo aductor conforma el sistema de apertura y cierre de la concha. La charnela es un ligamento, se ve fácilmente un dispositivo de engranaje, como unos dientecitos para que las valvas cierren a la perfección.
Hay un manto que envuelve el cuerpo con muchas terminaciones tactiles, su programa informático. A veces tienen ojos, a veces muchos, tienen corazoncito pero las pobres no tienen cabeza diferenciada, ¡claro! que para lo que la gastan algunos.

Forman densas colonias, comunidades numerosas, colonizando grandes zonas de roca o fijas a un sustrato, seria el caso de los criaderos, de las bateas, donde la roca es una cuerda, una trenza de vida, a la que se unen “por pelillos”, esos hilos que son como sus brazos y se llaman biso. Se desplazan por una u otra razón rompiendo el biso.

Y ahora.....................hablemos de sexo, las ostras, muy picaras, tienen una sexualidad rítmica (ambisexuadas), vamos que se cambian de “chico-chica” cuando les parece oportuno, las clochinas son más serias, son unisexuadas, el macho de color más claro, amarillo y la hembra más anaranjada.
La fecundación tiene lugar en el mar, las hembras excretan una sustancia que al pasar al agua provocan la eyaculación en los machos próximos y el esperma también desencadena la puesta en las hembras, es cuestión de sincronizarse. Es como un Whatsapp, comunicación-relación, pero sin roce.
Son organismos filtradores, se alimentan de fitoplancton, materia orgánica en suspensión. Y también tienen depredadores, las Doradas, Llisas y otros se hacen “el longuis” y se dan un festin. El dueño de la batea esta siempre al tanto.

La clochina, es de menor tamaño que el mejillón, tonalidad más suave, jugosidad y sabor más intenso.
Parece que las aguas del Mediterráneo que acunan la vida de las clochinas, son más saladas y nutritivas que la de otros mares más abiertos, esto unido a los matices morfológicos diferenciadores  le confieren cualidades más sápidas.
 El mejillón se reproduce durante todo el año y la clochina los meses sin R (mayo-agosto), cultivo de temporada. 

La clochina de valencia es un producto originario de finales del s. XIX, se cultiva desde hace más de 100 años, con métodos tradicionales en 22 bateas (balsas flotantes), ubicadas en el puerto de Valencia y Sagunto. La autoridad portuaria de Valencia mantiene la concesión de un espacio en el puerto, donde se ubican las bateas, en agua cristalina, sometida a estrictos controles de calidad. 

 El cultivo requiere una minuciosa manipulación y mínimo procesado en el acondicionamiento de la cosecha.

Desde el 2007 cuenta con la marca de calidad CV para diferenciar un producto exclusivo, de patrimonio escaso.

Autora: Mª Angeles Novella 



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